Este artículo es la percepción de este
enigmático animal en el sentir general de un pueblo, Malcocinado. Reflejo de
todos los pueblos de España.
Al igual que en el resto del
territorio nacional, los encuentros de hombres con estos reptiles han
traído graves consecuencias, para el reptil, en la inmensa mayoría de los casos suele terminar muerto o en la mejor de las situaciones, malherido.
Recuerdo cuando era un niño los dichos
sobre estos animales "si la víbora viera y el tiro oyera, no
habría hombre que al campo saliera" "si el Alicante viera y la víbora
oyera, ídem de lo mismo" "si te pica un Alicante busca un cura que te
cante", en algunos casos estos malignos animales mamaban de
los pechos de las lactantes tras hipnotizar a niños y mamás. Menos mal, que eran
sordos o ciegos y gracias a eso en más de
una ocasión nos libramos del peligro, eso sí, no había seguridad de cuál era el
sordo, cuál el ciego o si ambas cosas a la vez, pero que tenga un defecto, que
sin él, quizás, yo no estaría escribiendo esto o alguno de ustedes
leyendo, porque estaban apostados, esperando que
cualquier
persona o animal se acercase para lanzar sus fauces y morder despiadadamente al inocente. Tal vez, la Biblia, los mitómanos y los intérpretes de
chirimindungui, hayan tenido mucha culpa: Génesis 3,
14-15 "Y el SEÑOR Dios dijo a
la serpiente: Por
cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que
todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos
los días de tu vida. Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu
simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el
calcañar". Un mundo imaginario perteneciente a un hábitat de
exageradas fantasías. En realidad, nadie había visto un "tiro" a ese
tiro asesino, al verdadero sí, pero sin saber quién era. Yo, siempre lo imaginé
como una víbora, pero más agresivo y peligroso, otros decían que era peludo.
Otros... cada quien, imaginaba un animal más horroroso y maligno que el
imaginado por el vecino. Todos querían haber visto uno, pero nadie lo vio,
porque sencillamente, era un ser imaginario.
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M. Van Hemskerck |
El que pagaba las consecuencias de estos
cuentos, mitos y leyendas, era un ser real, al que la naturaleza había dotado
de muchas aptitudes, hermoso, vital, pero los cuentos lo habían situado en la
parte más oscura de la existencia animal. Todo lo que repta es un peligro para
la integridad humana.
La realidad es bien distinta de todas
estas mentiras, porque, no se pueden llamar de otra manera. En Malcocinado,
cierto es que hay tiros, ahora muchos menos (hace mucho que no los veo), animal
totalmente inofensivo, posiblemente alguien venido de fuera introdujo esta
barbaridad y lo asimilamos a nuestro antojo, un pueblo deseoso de novedades y
de peligros acechantes en el campo. Necesidad de dotar al campesino de un valor
indómito, cada vez que sale por esos lares ha de enfrentarse con
seres agresivos y
peligrosos.
Este dicho del tiro, con
muchas probabilidades, alguien lo introdujo en el pueblo, alguien venido de
fuera y que no sabría qué era o no lo explicó bien o si lo explicó bien,
nosotros lo interpretamos a nuestro albedrío.
El verdadero Tiro no es ni más ni menos
que la Salamandra, animal inofensivo, que, si bien
segrega una sustancia irritante, para evitarnos molestias, si alguna vez
cogemos una para observarla debemos tener la precaución de lavarnos bien las
manos con posterioridad.
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Alicante |
La víbora, ese ser maligno y recortado, con esa cabeza
triangular y que lleva una V dibujada en todo lo alto. Si te acercas, te mata,
salta sobe ti y no te da opciones, se cuelga sobre los árboles, los arbustos,
las jaras..., siempre al acecho para morder, otra mentira infundada y dañina.
Y así, una mentira tras otra, se ha creado
una repulsa y un odio por causa de unos conocimientos tan erróneos, como
graves.
Hay en Malcocinado tres
tipos de serpientes venenosas, ninguna de ellas mortal para el
hombre, las tres especies son:
La culebra de Cogulla o culebra de manto (Macroprotodon
brevis), la Culebra Bastarda o Serpiente Montpellier (Malpolon monspessulanus) y la Víbora
hocicuda (Vipera Latastei
Latastei y Vipera Latastei Gaditana) en nuestra zona se pueden dar las dos subespecies.
-Culebra de Cogulla. De cuerpo cilíndrico con la
cola relativamente corta,
color grisáceo, pequeñas manchas oscuras repartidas en la parte superior,
cabeza pequeña y
achatada, no suele superar los 55 centímetros de longitud,
es fácilmente distinguible por dos características por las que
de un vistazo podremos identificarla, su collar nucal oscuro y
su mancha en forma de V también oscura, en la cabeza. Aunque posee
glándulas productoras de veneno, es totalmente inofensiva para el hombre. Además, por la situación de sus dientes es difícil que lo inocule.
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Culebra de Cogulla |
Cierto es, que no
es fácil observarla, ya que es sublapidícola, suele estar escondida
esperando a sus presas debajo de las piedras. Solo suele salir al atardecer o
en la noche y se alimenta casi exclusivamente de otros reptiles, culebrillas y
lagartijas, especialmente.
-Culebra Bastarda. Es la mayor serpiente de Europa, pudiendo llegar a medir en
casos excepcionales los 2,5 m. Las hembras suelen ser más pequeñas
que los machos. De
cabeza alargada y hocico puntiagudo, forma depresión entre
los ojos y las fosas nasales. Las escamas que tienen por encima del ojo
le sobresalen formando una especie de ceja, lo que le da un aspecto
amenazador. Es una serpiente agresiva y rápida, si se la molesta suele izarse
sobre el cuerpo y sisear. Suele ser de color aceitunado o
terroso manchado en toda su longitud.
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Culebra bastarda |
Es una serpiente
opistoglifa, los dientes inoculadores son posteriores, por lo que solo
llegan a morder a sus presas cuando está bastante adentro de la boca y es
difícil que pueda inocular en el hombre. Caso de hacerlo, su mordedura, aunque
dolorosa, no es peligrosa para el hombre, el veneno es de efectos locales.
Se alimenta de lagartos,
lagartijas, roedores, crías de aves y otras culebras.
- Víbora hocicuda. De las
tres, es la que su mordedura reviste más gravedad y nos puede ocasionar
problemas serios. En España, existen tres clases de víboras, dos de
ellas (Vipera
aspis y Vípera seoanei) habitan en el norte de la península y por
ello, no vamos a hablar de ellas. De estas tres especies de víboras
que hay en España, la mordedura que reviste menos gravedad es la de nuestra
zona (Vípera Latastei), no suele causar envenenamientos graves en el
hombre salvo en caso de ancianos, niños o personas de salud débil.
Víbora (1) |
Es una serpiente pequeña, su longitud
media ronda los 50-60 cm. La coloración suele ser gris, gris oscuro. Su
cabeza, muy diferenciada del resto del cuerpo es triangular, el rasgo más
característico y por el que recibe el nombre es un apéndice en el hocico a
especie de cuernecillo.
Suele tener dos marcas oscuras en forma de
media luna en la cabeza y una banda también oscura que parte del ojo hasta la
comisura de la boca. Lleva un dibujo dorsal en zigzag, que es variable en
cuanto al color, siempre más ocuro que el resto del cuerpo y unas manchas
oscuras en los costados por cada uno de los huecos del zigzag. En los machos
destacan más que en las hembras.
Se alimenta de pequeños roedores,
artrópodos y pequeñas aves. Su área de campeo no sobrepasa los 60 m² y no suele moverse más de
3 m. diarios. Caza a la espera, abate a sus presas por su mordedura venenosa.
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Vípera Latastei (Vívora) |
A diferencia de las anteriores, es
solenoglifa, tiene los colmillos en la parte anterior de la mandíbula, son
huecos y conectados a las glándulas venenosas, por lo que en el hipotético caso
de ataque, su mordedura es mucho más fácil.
Si en alguna ocasión son mordidos por
alguna de ellas, lo más importante es mantener la calma, inmovilizar la zona
donde se ha producido la mordedura y dirigirse al centro médico más cercano,
sin torniquetes, sin cortes ni succiones para tratar de extraer el veneno.
La mordedura de estos
animales será siempre por accidente, se han de ver amenazadas, porque las
pisemos, intentemos agarrarlas o por cualquier circunstancia fortuita, nunca
por un ataque indiscriminado hacia nosotros. Ellas siempre tratarán de huir,
nosotros somos infinitamente más terroríficos.
Solo, haced una reflexión
y recordar, cuántos accidentes mortales de personas o animales conocéis por
mordeduras de estos animales. Para muestra, un botón.
En la actualidad y aún con los
conocimientos y medios de que disponemos, no solo en Malcocinado, sino, en la
mayor parte de España, por no decir Europa o el mundo, seguimos repulsando a
esta maravilla de la naturaleza, que el mayor daño que hace es librarnos de
algunas plagas, si no dañinas, al menos, molestas.
(1) Fotografía cedida por Antonio "El Navero" de ejemplar avistado en la recolección del corcho en el termino de Hornachuelos (Córdoba)
Yo era uno de los que, por esos malditos dichos odiabas a esos bellos reptiles. Me gusta que pongas en tu blog esta oportuna y detallada aclaración. Son además de ilustrantes, recuerdos que me devuelven a mi infancia y mi querida Extremadura
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